La demanda para disponer de espacios y recursos gestionados de forma participativa desde la comunidad ha aumentado en los últimos años. A pesar de que la administración local no siempre ha encontrado una solución inmediata y satisfactoria para todas las partes, se han ido articulando respuestas, fórmulas y políticas para hacer frente a esta demanda creciente.
Para dar una solución permanente a esta demanda social se define y construye un nuevo marco y nuevas formas de institucionalidad que abordan de manera más integral la relación entre institución y comunes urbanos, permitiendo o fomentando una gestión más democrática, efectiva y transparente. Un nuevo marco normativo capaz de superar la forma tradicional de gestionar lo público por parte de la administración y que permita y reconozca fórmulas de colaboración entre la institución y las prácticas sociales. Un marco que haga del Patrimonio público un recurso susceptible de ser gestionado por las comunidades locales en beneficio colectivo. Un nuevo marco que reconozca explícitamente la institucionalidad que representan prácticas comunitarias de gestión de recursos, y que vaya más allá de soluciones temporales y la contingencia actual del “caso a caso”.
Un nuevo Patrimonio ciudadano de uso y gestión comunitaria de los bienes comunes urbanos permite: